Para agregar valor a productos forestales no madereros. Iniciativa está formando tutores para apoyar a las y los recolectores de la zona precordillerana de Ñuble.
En el marco del “Programa de Fomento Productivo y Desarrollo Territorial de la Reserva de la Biósfera en la Región de Ñuble”, apoyado por el Gobierno Regional, un equipo de profesionales de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción (FIAUdeC) está trabajando con integrantes de la Coordinadora de Recolectores del Biobío, Ñuble y Maule A.G., como tutores de los recolectores de la zona precordillerana, con el objetivo de que estos últimos agreguen valor a los productos forestales no maderables (PFNM).
“Los microemprendedores rurales de la Coordinadora les enseñan a los recolectores de la Reserva sobre cómo han ido trabajando, su experiencia en el desarrollo de productos, en asociatividad y cómo han ido avanzando en el tiempo”, explicó la investigadora de la FIAUdeC, Mg. Pamela González Fuentes, quien recordó el proyecto de agregación de valor a PFNM ejecutado por la Facultad y apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), en el que se desarrollaron condimentos, pastas y snack, así como la marca “Riqueza de nuestra tierra”, en conjunto con la Coordinadora, empresas e instituciones, lo que requirió la superación de brechas para que ellos elaboraran estos productos en sus unidades productivas cumpliendo con la normativa sanitaria. “Como equipo técnico de ese proyecto pudimos constatar la ventaja que representa el contar con un tutor par, es decir, un recolector de mayor experiencia que facilite el proceso de aprendizaje del grupo”, acotó.
La ingeniera precisó que hoy el objetivo es apoyar a más de 60 personas de las seis comunas de la región vinculadas a la Reserva -San Fabián, Coihueco, Pinto, El Carmen, Pemuco y Yungay-, que se dedican a la recolección de productos asociados al bosque, como hongos silvestres -principalmente morchella, callampa de pino y digüeñes-, una gran variedad de hierbas medicinales, como el palo negro y el boldo, y frutos silvestres, como maqui y avellana. Actualmente, ellos los venden en fresco, a granel, principalmente a intermediarios, por lo que acceden a menores precios. En ese sentido, González planteó que el objetivo es que puedan agregarle valor, envasar y comercializar en formatos destinados a un consumidor final, de manera de obtener mayores retornos.
González explicó que “la labor de tutor consiste en la capacitación directa de los nuevos recolectores, pero también hay un acompañamiento, los han recibido en sus unidades productivas y elaboran productos en esas visitas; les comparten lo que han aprendido, lo que han vivido y cómo han logrado sostener sus emprendimientos en el tiempo. Así, no solo aprenden cómo agregar valor, sino que también el trabajo asociativo. Todo esto acompañado del equipo técnico de la Facultad”.
“En este contexto, representantes de los diez comités que integran la Coordinadora han venido a la Universidad a prepararse para ser tutores, reforzando sus conocimientos teóricos y prácticos en buenas prácticas de manufactura y elaboración de productos. En la última actividad, vinieron a la planta piloto de granos ancestrales -de la Facultad de Ingeniería Agrícola UdeC, en el campus Chillán-, a elaborar snack de hongos silvestres. Ellos trajeron los hongos y los insumos, elaboraron el snack en la planta piloto y lo envasaron para su posterior comercialización; actualmente, ellos no cuentan con el equipamiento necesario para elaborar este producto en sus unidades, por lo que la idea es que ellos recuerden el proceso para su elaboración y puedan luego apoyar en la capacitación a los recolectores de la Reserva”, afirmó la profesional.
Elaboración de snacks
Marcelo Muñoz Ortega, encargado de la planta piloto de granos ancestrales, contextualizó que la Coordinadora cuenta con una receta base del snack extruido que desarrollaron en el marco de un proyecto ejecutado por la FIAUdeC hace cuatro años, que es un suflé elaborado con harina de maíz y hongos silvestres deshidratados.
“Ellos deshidratan los hongos en sus unidades productivas y lo traen en polvo”, precisó el ingeniero, quien detalló que la mezcla de harina de maíz, hongos en polvo y otros ingredientes, que contiene cerca de un 17% de humedad, es procesada en un extrusor, donde es sometida a calor y alta presión, y en cuestión de minutos se obtiene el producto final, en este caso, un suflé mucho más saludable que otros extruidos industriales, como los populares “suflitos”.
“El extruido es un proceso continuo; generamos temperatura y presión, entonces, el producto sale cocido a través de una boquilla, la que le da su forma, y por diferencia de presión, se expande el almidón”, detalló Muñoz.
Coordinadora
Cipriano Cid Burdiles, presidente de la Coordinadora, expresó su entusiasmo con este nuevo rol de tutores de los recolectores de la Reserva de la Biósfera. “Hemos estado repasando lo que hemos aprendido, ellos han visitado nuestras unidades productivas en la Universidad de Concepción”, describió el dirigente, quien manifestó que “hemos puesto toda nuestra voluntad de compartir nuestros conocimientos a los recolectores de la Reserva, los vemos muy interesados”.
Cid comentó que los deshidratados son la forma más común de agregación de valor que tienen en los comités. “Vendemos nuestros productos en ferias, pero también a pequeñas tiendas, a emporios, envasado y a granel, tenemos todo tipo de clientes”, sentenció, al tiempo que reconoció que “cuando agregamos valor y comercializamos el producto envasado, no sólo obtenemos mejores ingresos, sino que generamos más empleos en los sectores rurales en los que vivimos”.