Académico de la Facultad de Ciencias sostiene que lo primordial para el diagnóstico y tratamiento de los problemas oculares de las mascotas es estar atentos a la sintomatología y acudir con prontitud a la consulta.
Aunque de manera general existe la creencia que las enfermedades que afectan a los ojos de los perros y gatos son similares, es importante aclarar que son diferentes entre estas mascotas.
Así lo destacó el académico, y especialista en oftalmología del Hospital Clínico Veterinario del Campus Concepción y Chillán de la Universidad de Concepción (HCV-UDEC), Dr. Oscar Lermanda, quien precisó que en pacientes caninos las enfermedades oculares se relacionan principalmente con la raza, mientras que en los gatos las enfermedades oftálmicas tienen su origen principalmente en trastornos infecciosos.
“Los pacientes caninos tienen enfermedades que son principalmente de tipo hereditario conformacionales, pero en los gatos es un mundo totalmente diferente porque sus enfermedades son principalmente infecciosas como el Calicivirus, Herpesvirus, Micoplasma, Chlamydofilas, entre otros. El problema mayor es que el 40% de los gatitos que presentan alguna vez algún problema cuando son pequeños, lo van a seguir presentando con los años y entre más crisis tenga el paciente, más dificultoso es asegurarles la visión. Por lo mismo, sea un paciente canino o felino, mi pilar número uno en la atención es agotar todos los medios para salvarles la visión y el otro pilar fundamental es que mi paciente no tenga dolor”, explicó.
De acuerdo con lo manifestado por el especialista, en el Hospital Clínico Veterinario del Campus Concepción y Chillán, alrededor del 70% de las enfermedades que afectan a los ojos de los pacientes, caninos y felinos, se relacionan con enfermedades que afectan a los párpados, conjuntiva, glándula del tercer párpado y córnea.
“En el caso de los perros, las consultas van a depender de las razas. Tenemos un rango muy amplio de distintas razas. Normalmente un gran número de pacientes que ingresan a cirugía son pacientes que tienen trastornos durante el crecimiento, y son propias por un factor hereditario de la raza del paciente. También hay enfermedades progresivas desde el nacimiento que pueden desarrollarse en el tiempo y que pueden terminar con ceguera como es el caso de algunos pacientes de raza poodle. Es sumamente importante al momento de tener una mascota que el tutor identifique qué enfermedades se pueden manifestar durante el crecimiento y envejecimiento del paciente, y con esto prevenir algún daño que pueda terminar en ceguera”.
En el mundo felino, las enfermedades se detectan porque presentan enrojecimiento ocular, mucha secreción ocular y nasal, lagrimeo constante, hinchazón entre otra sintomatología relacionada con infecciones. “Con ellos tienes que recabar información; cuándo comenzó el problema, si ha avanzado durante el tiempo, si ha tenido disminución de visión, si tenía mucho dolor, si hubo tratamiento previo, entonces son varios matices que debes ir evaluando en la consulta y luego de eso se debe explicar la enfermedad al tutor, para que la persona entienda qué le está pasando al paciente. Nuestro paciente no nos habla, no nos dice qué tiene, entonces uno debe buscar cuál es el problema que presenta, identificarlo, comenzar un tratamiento y que el tutor comprenda”.
Sintomatología
Aunque las enfermedades oculares entre las mascotas domésticas antes mencionadas son distintas, el Dr. Oscar Lermanda señala que siempre hay que estar atentos a lo siguiente: “que al paciente se le note algún déficit visual, lo que es difícil de detectar, pero normalmente los primeros síntomas ocurren durante la noche. Por ejemplo, un perrito que ha vivido toda su vida en una casa de 2 pisos y siempre ha subido y bajado la escala sin dificultad y de repente llega la noche, pero no puede bajar o subir esa escala y solo lo hace si prenden la luz. Esa es la primera alerta algún déficit visual. Lo segundo importante es que la o los tutores deben estar atentos a los signos de dolor como por ejemplo el lagrimeo constante, aumento en la frecuencia de parpadeo, o el cambio de tamaño en alguno de sus ojos”.
Rayos ultravioleta
Los primeros síntomas de problemas visuales y de dolor son los ya expuestos, pero existe otro que también debe ser considerado y que se relaciona con el daño ocasionado por los rayos ultravioleta.
“Si tú los miras a los ojos, siempre se deben ver brillantes y húmedos, eso porque normalmente la córnea es transparente y tiene lagrima en su superficie, pero cuando hay cambios de coloración también es importante poner atención. Hay enfermedades que se gatillan por la radiación ultravioleta. Un ejemplo clásico es con el Pastor Alemán que durante primavera-verano comienza a cambiar la coloración de sus ojos y es en respuesta a un proceso irritativo que genera la radiación ultravioleta”, precisó el experto, quien además manifestó que es un problema muy común, sobre todo en Chillán.
“La casuística que tengo es súper distinta de lo que ocurre en Concepción y Chillán. Por ejemplo, en Concepción me llegan pacientes que pesan hasta 20 kilos en promedio, que es como el 90% de los pacientes. En Chillán llegan hasta los 60 kilos y normalmente, estos pacientes son razas más grandes como Pastor Alemán y sus cruzas, que viven en zonas más rurales y pasan más tiempo al aire libre. Por lo mismo, suelen tener mayor problema con la exposición al sol y la radiación ultravioleta, generando cambios de coloración en el ojo. La córnea pierde su transparencia y los párpados se ven más rojos, se ven más inflamados y eso es lo que tiene que llamar la atención de las y los tutores para llevarlo con prontitud a una consulta médica”, precisó el Dr. Oscar Lermanda.