Con apoyo de Corfo, la Facultad de Ingeniería Agrícola de la UdeC, a través del Centro de Desarrollo Tecnológico Agroindustrial (CDTA) y equipos territoriales, asesorarán a un grupo de apicultores de la comunidad de Butalelbún, en Alto Biobío, en aspectos técnicos y legales, en la formalización del emprendimiento asociativo, en el desarrollo de una marca que destaque el carácter único de “Miel Pehuenche”, y sentará las bases para la implementación de una sala de cosecha comunitaria.
La Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción (fiaUdeC) a través del Centro de Desarrollo Tecnológico Agroindustrial (CDTA), se adjudicó el financiamiento de Corfo para ejecutar el proyecto “Miel Pehuenche”, que tiene como objetivo prestar asesoría técnica y legal para la formalización de la producción asociativa de miel de un grupo de 16 apicultores de la comunidad indígena de Butalelbún, en la comuna de Alto Biobío.
Así lo dio a conocer la coordinadora del proyecto, Claudia Carrasco Gutiérrez, quien detalló que el CDTA, con sede en Los Ángeles, postuló la iniciativa al programa Creciendo, del Comité de Desarrollo Indígena de Corfo -en la etapa de formulación-, instrumento orientado a cofinanciar (aporta el 90%) emprendimientos sustentables desarrollados por comunidades u organizaciones indígenas.
En total, la inversión bordea los $17 millones, con un periodo de ejecución de 6 meses. Como entidad asociada participa la Municipalidad de Alto Biobío, y como socio estratégico, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap).
Además de la Mg. Claudia Carrasco, el equipo técnico UdeC está constituido por el Dr. Rudi Radrigán, el ingeniero Henry Salamanca y la químico-analista, Fabiola Salcedo.
La coordinadora explicó que la primera etapa considera “la apertura y diálogo multicultural”, para ver el uso del territorio que exigen este tipo de proyectos indígenas, asesoramiento legal para el uso del territorio del emprendimiento que ellos quieren implementar, explicación de objetivos del emprendimiento y su relación con la comunidad. Posteriormente, se realizará “la asesoría de calidad e inocuidad alimentaria, en procesos y desarrollo de agroprocesados en general, para el desarrollo de las mejores condiciones de esta miel que ellos están trabajando, y finalmente, dejar las bases para el establecimiento de una sala de cosecha comunitaria en la misma comunidad, es decir, elaborar los estudios de ingeniería y de arquitectura, el layout (diseño) de la planta de procesos y todo lo que se necesita para obtener los permisos para habilitarla”.
La mencionada planta, según manifestó Carrasco, será abordada en la segunda etapa del proyecto, y para su ejecución se buscará apalancar recursos en el mismo programa de Corfo -etapa de habilitación-, así como también de otras fuentes de financiamiento, considerando que el socio estratégico de esta iniciativa es el Indap. De hecho, los apicultores ya han recibido en los últimos cinco que llevan en el rubro asesoría técnica a través del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI), que funciona como convenio entre INDAP y la Municipalidad de Ato Biobío.
Miel única
Butalelbún es la comunidad pehuenche más oriental y una de las más aisladas de la zona, en el cajón del río Queuco, muy cerca de la frontera con Argentina.
La académica comentó que este grupo de comuneros pehuenches han ido migrando en estos últimos cinco años desde la ganadería a la apicultura, por la mayor rentabilidad que han obtenido con la producción de esta miel que “es única en el mundo, gracias a la flora melífera endémica de esa zona”.
Precisamente, entre 2017 y 2018 un equipo de investigadores de la UdeC campus Los Ángeles, realizó un estudio que estableció el hallazgo de mieles monoflorales y biflorales nativas de alta calidad en dicha zona cordillerana, gracias a favorables condiciones ambientales y de vegetación, con especies como arrayanes, maqui, radal y guindo santo, este último, en peligro de extinción.
Formalización
En esa línea, la coordinadora del proyecto aseveró que “se necesita potenciar, hacer denominación de origen, desarrollo de marca y que ellos formalicen este emprendimiento, y en todo eso nosotros los vamos a ayudar, no sólo en inocuidad y en mejoramiento del producto”.
Subrayó que es primera vez que fiaUdeC y el CDTA se adjudican recursos de este programa de Corfo, y primera vez que postulan, y recordó que la iniciativa se gestó a partir de la solicitud del municipio, dado que el Centro está ejecutando también un proyecto FIA con la comunidad pehuenche El Avellano, enfocado en la agregación de valor a la avellana.
En cuanto a la formalización, Carrasco sostuvo que uno de los objetivos del proyecto es “mostrarles la mejor figura legal para que ellos puedan constituirse de manera asociativa, porque así ellos pueden optar a más beneficios y apalancar mejor los recursos, ya sea mediante un comité, una cooperativa o una SpA; hay que ver, bajo la estructura sociocultural que ellos tienen, cuál es la mejor forma de asociarse para formalizar el emprendimiento”. Al respecto, aclaró que estos pequeños productores comercializan su miel en ferias y a través de ventas a pedido, pero no tienen un puesto establecido ni cuentan con resolución sanitaria. Una ventaja, reconoció, es que ellos ya llevan tiempo trabajando de manera coordinada cuando participan en ferias.
Finalmente, indicó que “se va a evaluar una marca asociativa del producto, para realzar sus propiedades benéficas, a partir de los resultados del estudio que hizo la UdeC; más los análisis que se exigen para cumplir la normativa